Tom Hardy demuestra una vez más lo que no necesitaba y es que sabe actuar, pero por si acaso quedaron dudas después de Bronson (2008) y Warrior (2011), acá lo vuelve a hacer. Advertencia, toda la película, sus 125 minutos transcurren dentro de un auto y Hardy es el único frente a la cámara, con esta premisa el actor recorrerá un abanico de emociones debido a las complicaciones de su vida. Por otra parte no es menor la labor de Steven Knight, director y escritor de esta película, que con casi nada te mantiene, refiriéndome a lo visual ya que la cámara nunca sale del auto y no tenía muchas opciones, de todas maneras se las arreglo muy bien, con respecto al guion, está escrito de una manera muy inteligente ya que con poca información nos hace dar cuenta de muchas cosas sin que se expliquen, así no sea tan cargados los diálogos, ya que se volvería tediosa, una joyita, vale mucho la pena.