I, Daniel Blake (2016), lo nuevo del veterano director Ken Loach, que con sus 80 años no se lo esperaba ver dirigiendo de nuevo, ya que había anunciado su retiro tras haber terminado Jimmy's Hall (2014), pero parece que tenía algo más que contar. Ganó Cannes compitiendo con otros grandes autores como Paul Verhoeven o Jim Jarmusch, y esto enojó a la crítica por pensar que el premio se lo dieron por su cine crítico y no por su valor cinematográfico. A pesar que, si es una película de denuncia como la mayoría de su cine, eso no le quita la calidad del film en todos sus aspectos.
Loach sigue en la lucha por la Justicia Social y su amigo y guionista que lo acompaña hace más de 10 años Paul Laverty, lo sacó de su retiro para contar la historia de “Daniel Blake, carpintero inglés de 59 años, se ve obligado a acudir a la asistencia social. Sin embargo, a pesar de que el médico le ha prohibido trabajar, la administración le obliga a buscar un empleo si no desea recibir una sanción. En la oficina de empleo, Daniel se cruza con Katie, una madre soltera con dos niños. Prisioneros de la maraña de administrativa actual de Gran Bretaña, Daniel y Katie intentarán ayudarse mutuamente.”
A sus protagonistas Dave Johns (Daniel) y Hayley Squires (Katie) los une la adversidad administrativa que los lleva a los empujones a tomar decisiones que de ser de otra manera no la tomarían. Dos historias de vida totalmente distintas y que en su unión demostrarán fuerza. Loach dice …“Según el proyecto neoliberal, la mano de obra debe ser vulnerable, porque así aceptará salarios bajos, contratos basura y trabajos temporales.” Y sigue “la burocracia es increíblemente eficaz en su ineficiencia”…“El Estado de bienestar en el Reino Unido en un sistema que acaba destruyendo a los ciudadanos que debería proteger”
Loach nos va a incomodar con esta película, es su idea. Las situaciones en un momento llegan a ser cómicas de tan ridículas, pero lamentablemente son cosas que suceden en el ANSES de Tucumán sin ir más lejos. Tremenda película, una lástima que no tenga la prensa que le dieron a Elle (2016) o a Toni Erdmann (2016). Sin embargo, este cine nunca lo veremos por acá, a no ser que un Ciclo de Cine o Netflix las ponga en sus próximos estrenos.
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